miércoles, 6 de octubre de 2010

30 SEP, JUEVES: MADRID – WASHINGTON – DALLAS

Suena el despertador a las 5:30 porque me tengo que duchar. A las 6:30 viene el taxi a recogernos, 21€ hasta Barajas. 
Llegamos allí a las 6:50 y nos dirigimos directamente a la cinta de facturación del vuelo de united. El mostrador está cerrado. Alguien le dice a Reich que empiezan a facurar a las 7:30, somos las segundas en la cola, toca esperar un ratito. Cuando llega el momento nos dicen que no tenemos reserva, que estamos en la lista de espera y que tenemos que esperar a que todo el mundo suba al avión para saber si tenemos sitio o no. Nos vamos para el mostrador de continental (nuestra compañía original) y está cerrado, así que Reich los llama desde una cabina y le dicen que sí que tenemos la reserva CONFIRMADA con united. Vamos al mostrador de united. Después de esperar 3 horas a que terminaran las chicas que había delante, el tipo de united nos dice que de confirmadas nada, que estamos en lista de espera y que hablemos con nuestra compañía. Nos vamos al mostrador de continental, sigue cerrado, así quenos esperamos que abran. Media hora larga después, abre el mostrador una chica que, después de contarle nuestra situación parece más indignada que nosotras. Total, que después de hablar con su jefe que iba a hablar con el de united, nos manda otra vez para la cinta de united. (La cinta de united es la 340 y la de continental la 137, imaginad lo que es ir de una a otra un millón de veces, toda la mñn y sin obtener un resultado, empujando un carro con 4 maletas y despiertas desde las 5:30… Horrible). Cuando llegamos a la cinta de unitedpor enésima vez, Reich se va directa a hablar con un señor que parece ser el supervisor de facturación y hace que nos facturen las maletas aunque no sea seguro que tengamos plaza en el vuelo, aunque nos dijo que seguramente volaríamos porque sobraban plazas.
Ya con las maletas facturadas, pasamos el control de seguridad y nos vamos para nuestra puerta de embarque a esperar allí. Durante el tiempo que estuvimos allí esperando, sin saber si íbamos a poder subir al avión o nos íbamos a quedar en tierra, yo no sé exactamente cómo estaba Reich, pero yo tenía una mala leche contenida queme estuve cagando en el gobierno, los sindicatos, los piketes y su puta madre toda la mañana. 
Total, que después de toda la mñn de espera, yendo de un lado a otro y sin saber nada sobre nuestro futuro, finalmente, conseguimos subir al avión, y no sólo eso, era un avión mejor que el que teníamos con continental, y nos dieron los asientos juntas!! No me lo podía creer!! Por fin una tregua! Aunque Reich seguía preocupada por si nos quedábamos en Washington sin volar, pero bueno, teníamosunas 8 horas por delante de dormir, y ver pelis en el avión.


Cuando llegamos a Washington todo fue rodado. El control de pasaportes fue rápido, y no nos dijeron nada por los casi 3 kilos de jamón serrano, lomo y chorizo que llevábamos en las maletas, jajajjaja, claro que, tampoco dijimos que los llevábamos.
El avión de Washington a Dallas era como un autobús, más pequeños que los de ryanair, con 2 asientos a cada lado, vamos, chiquitín chiquitín, y encima nos tocó separadas, yo en la fila 4 y Reich en la 12, pero bueno, como fui durmiendo casi todo el vuelo (no era capaz de tener los ojos abiertos), pues tampoco pasaba nada.
Llegamos a Dallas y fuimos a recoger el coche (ya os pondré fotos), que nos dejaron elegir!! Y después de estar mareando entre 2, nos quedamos con un Kia Sorrento más chulo que todas las cosas.
Cargamos las maletas y nos fuimos pal motel que teníamos reservado. Por fin estábamos aquí!

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